El reinado de Juan Carlos I ha supuesto 39 años de avances, avances democráticos, avances en la modernidad de este país y avances también en la consideración de España en el mapa internacional. El proceso de transición democrática fue ejemplar, y en él tuvo mucho que ver Juan Carlos I.
Ha sido un reinado en el que, como todo en la vida, ha habido luces y sombras. Pero si hay que hacer un avance, hay más luces que sombras.
La decisión de la abdicación es acertada y trascendental para la historia de este país. Va a marcar un antes y un después. La monarquía exige adaptaciones, que demanda la ciudadanía, a los nuevos tiempos, adaptaciones que nos lleven a la modernidad, a la transparencia y a las necesidades de este país. Hacemos una valoración positiva del reinado de Juan Carlos I.
Este país ha conocido sus mejores años de estabilidad y de avance con una monarquía parlamentaria. Este país necesita reformas, sin duda. Pero todo no se puede dar de un vuelco. Nuestra referencia es la constitución de 1978. La constitución de todas y de todos. Es una constitución que los socialistas ya hemos dicho que necesita reformas y cambios, pero bajo el paraguas de la monarquía parlamentaria.