El Parlamento de Canarias, en el marco del grupo de trabajo sobre Movimientos Migratorios y Derechos Humanos de la CALRE, tiene el propósito de contribuir al conocimiento y divulgación de la Carta social Europea, por considerar que este tratado es un instrumento jurídico esencial para la defensa de los derechos sociales de los ciudadanos y ciudadanas europeas.
La Carta Social Europea es la expresión no sólo de un conjunto bien definido de derechos, sino a la vez, la expresión de un conjunto bien definido de compromisos que los poderes públicos asumen como deberes propios. La Carta es el referente europeo de nuestros derechos sociales, un tratado internacional que plasma las inquietudes por los problemas sociales y una posición común de los países integrantes.
Con tal motivo, el Parlamento de Canarias acogió el pasado viernes la inauguración de una exposición que merece un reconocimiento especial, tanto por su temática como por su autoría. Bajo el título ‘Carta Social Europea, nuestros derechos’, la muestra reúne una serie de trabajos realizados a partir de una propuesta que hicimos desde el Parlamento a los profesores y estudiantes de las Escuelas de Arte y Superior de Diseño de Canarias para lograr que la Carta entrara por los ojos de las personas asistentes, de modo que al contemplar las obras sintieran la necesidad de interesarse por este documento que, siendo como es, el fundamento del Modelo Social Europeo, es muy poco conocido.
Los trabajos presentes en la exposición, que estará abierta hasta el próximo 26 de mayo, han superado con creces nuestras expectativas, a pesar de que el reto no era nada sencillo. Ahora sabemos que contar con el talento creativo de las escuelas ha sido todo un acierto.
[blockquote size=»third» align=»right»]Los trabajos presentes en la exposición, que estará abierta hasta el próximo 26 de mayo, han superado con creces nuestras expectativas, a pesar de que el reto no era nada sencillo. Ahora sabemos que contar con el talento creativo de las escuelas ha sido todo un acierto.[/blockquote]
Ese mismo día tuvimos también la oportunidad de conocer en detalle tanto el texto como el contexto de la Carta Social Europea, y lo hicimos acompañados por un guía excepcional, el profesor Luis Jimena Quesada, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Valencia, reconocido internacionalmente por su trabajo en derechos humanos y por su presidencia del Comité de los Derechos Sociales del Consejo de Europa.
Estas actividades de gran valor, la exposición y la conferencia, son el comienzo de una campaña de difusión de la Carta Social Europea, que culminará el 18 de octubre, por dos razones. En primer lugar porque ese día del año 196, en la ciudad de Turín, el Consejo de Europa aprobó la primera versión de la Carta Social Europea, definiendo de este modo los derechos sociales de los ciudadanos y ciudadanas europeos. Y, en segundo lugar, porque ese día tendremos el honor de recibir en este Parlamento a los representantes de los parlamentos regionales europeos con el fin de presentarles el informe sobre. Movimientos Migratorios y Derechos Humanos que estamos elaborando.
Esta es, deben saberlo, la auténtica razón de ser de las actividades que desde hace meses está desarrollando este Parlamento..
La elaboración de ese informe ha traído al Parlamento de Canarias a instituciones tan relevantes como el Servicio Jesuita a Refugiados en Europa, representado por José Ignacio García; y a personalidades con una autoridad intelectual muy merecida, como Sami Naïr y Javier de Lucas, pero también a centros educativos de todas las islas que han tenido oportunidad de debatir sobre esa temática en sus respectivos cabildos y en la sede parlamentaria.
De esta manera, durante los contactos que hemos ido manteniendo para documentar nuestro informe sobre Movimientos Migratorios y Derechos Humanos nos hemos percatado de la profunda preocupación, cuando no temor, que sienten en este momento las personas e instituciones que están haciendo frente a la grave situación que padecen millones de personas fuera y dentro de las fronteras europeas. Estoy segura, porque así nos lo han reconocido, de que la mayoría considera que la respuesta que está dando la Unión Europea está muy lejos de ser la contestación civilizada que todos y todas esperábamos.
Pese a que disponemos de un marco común de actuación, definido por la Convención sobre el Estatuto de los Derechos del Refugiado de las Naciones Unidas de 1951, por el Tratado fundacional de la Unión Europea y por el artículo 19 de la Carta Social Europea, somos muchas las personas e instituciones que tenemos la impresión de que los líderes europeos han olvidado que el derecho de asilo y refugio humanitario existen para proteger a quienes no pueden regresar a su país, porque pueden ser perseguidos o su vida corre grave peligro.
[blockquote size=»third» align=»right»]La elaboración de ese informe ha traído al Parlamento de Canarias a instituciones tan relevantes como el Servicio Jesuita a Refugiados en Europa, representado por José Ignacio García[/blockquote]
Lo cierto es que, a tenor de las recientes declaraciones del secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, reclamando a los miembros del Consejo que la UE se adhiera a la Carta Social Europea revisada para impulsar “la reconstrucción de una Europa social” tras los años de crisis, no podemos por menos que confirmar nuestra impresión sobre el lamentable olvido de la Carta, así como de las razones que justificaron la creación del Consejo de Europa.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el espíritu europeísta invadió nuestro herido continente. El dolor por los errores cometidos y las vidas sesgadas impulso la necesidad de una cooperación permanente entre Estados y así surgió, con el Tratado de Londres de 1949, el Consejo de Europa.
Un buen ejemplo de las consecuencias de este lamentable olvido es la política sobre migraciones. Cierto es que las competencias en la materia corresponden a cada uno de los Estados miembros, pero no lo es menos que la única decisión que se ha tomado conjuntamente ha resultado ser un auténtico fracaso. Por eso, es ahora cuando debemos reclamar una política común europea sobre migraciones y refugio.
La UE solo ha logrado atender el 3,5% de los refugiados que prometió hace un año. La acogida se aceleró en verano, pero solo se han reubicado 5.600 asilados de Grecia e Italia. La contribución de cada uno de los países es profundamente desigual. España se ha colocado, con 363 refugiados reubicados, en el quinto puesto de la lista europea. A la cabeza está Francia, con 1.952. Le siguen Holanda, Finlandia y Portugal. En el otro extremo destacan Austria, Hungría y Polonia, con ninguna acogida hasta la fecha, y Eslovaquia, que ejerce la presidencia de turno de la UE, con solo tres personas.
Los derechos son, ante todo, aquello que nos debemos unos a otros, la base de la dignidad humana. Los derechos son el vínculo que hace posible la convivencia en cualquier sociedad civilizada y son, conviene recordarlo, el fundamento de la Unión Europea. Los derechos son la frontera que nos protege de la barbarie. Esa, y no otras, es la verdadera frontera que debemos proteger, porque sin ella no habrá una respuesta civilizada al sufrimiento de quienes se ven obligados a dejar su país.
Esta es por tanto una excelente ocasión para asumir nuestra obligación de divulgar la Carta Social como uno de los bastiones europeos que nos permita seguir creciendo juntos para conseguir una Europa que se reconozca a sí misma. Pues como dice el profesor Jimena, la Carta es “la artífice del pacto de la democracia social en Europa por excelencia” y es también la vía para “reducir el déficit social europeo”.
Ese es nuestro propósito, contribuir a más Europa. En nuestro recorrido en el grupo de Movimientos Migratorios y Derechos Humanos de la CALRE hemos conocido de cerca experiencias y buenas prácticas generadas por organizaciones e instituciones europeas que pueden servir de fundamento a esa respuesta civilizada que todos esperamos. Desde el Parlamento de Canarias haremos todo lo posible para que ese bagaje pueda ser conocido y sirva de referencia para adoptar iniciativas parlamentarias en todas las regiones europeas. Ese fue nuestro compromiso y eso es lo que ahora estamos haciendo.