El pasado lunes, 6 de marzo, pusimos en marcha en el Parlamento de Canarias un nuevo espacio para el diálogo, la comunicación y el entendimiento. Inauguramos ‘Diálogos’.
Quienes hemos asumido la responsabilidad de representar y expresar la voluntad de la ciudadanía ponemos todo nuestro empeño, día a día, en comprender y valorar la situación actual de nuestras islas para impulsar iniciativas que mejoren las condiciones de vida de todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de Canarias.
‘Diálogos’ es un espacio abierto a todas las personas e instituciones de Canarias para compartir inquietudes, esperanzas y propuestas. ¿Por qué hemos decidido abrir este espacio para la comunicación? Por dos grandes razones. La primera tiene que ver, sin lugar a dudas, con una forma de concebir la política. Decía Hannah Arendt, unas de las mujeres con mayor influencia en el pensamiento político contemporáneo, que la Política no era, en modo alguno, como afirmaban algunos de sus contemporáneos: la continuidad de la guerra por otros medios. Por el contrario, la razón de ser de la política, su auténtico sentido, era asegurar la vida en sentido amplio, incluyendo tanto nuestra preocupación por la libertad como nuestra preocupación por la justicia.
En sus propias palabras, “la libertad en tanto fin último de la política sienta los límites de ésta; pero el criterio de la acción dentro del ámbito político mismo no es la libertad sino la competencia y la eficacia en asegurar la vida”. Así, ‘Diálogos’ nace con el propósito de ampliar la libertad para ayudarnos a asegurar la vida.
La segunda de las razones que nos han llevado a crear este espacio guarda una estrecha relación con la primera. Creamos ‘Diálogos’ porque confiamos en el poder de la palabra y de la comunicación en la búsqueda de las mejores soluciones para nuestra convivencia. No en vano, el Parlamento es, por excelencia, el lugar de la palabra.
[blockquote size=»half» align=»left»]El Parlamento, en sociedades plurales, es el punto de encuentro entre quienes pensamos de forma diferente pero estamos dispuestos a entendernos a través de la palabra[/blockquote]
Hannah Arendt expresaría así nuestra segunda razón: “Solamente en la libertad de nuestro hablar los unos con los otros emerge el mundo, como eso sobre lo cual hablamos, en su objetividad y visibilidad desde todos los ángulos. Vivir en un mundo real y hablar los unos con los otros sobre él son básicamente una y la misma cosa”.
El Parlamento, en sociedades plurales, es el punto de encuentro entre quienes pensamos de forma diferente pero estamos dispuestos a entendernos a través de la palabra. Palabras que dan sentido a lo que somos quienes argumentamos a través de ellas, así como a lo que queremos o aspiramos a ser, partiendo de nuestros orígenes. De una forma mucho más breve y con la precisión que la caracterizaba, María Zambrano decía que “la historia no es sino un diálogo”. Así, creamos ‘Diálogos’ para hacer posible, día a día, un mundo común.
Con la creación de este lugar de encuentro reafirmamos nuestro deseo de ser un Parlamento ‘a pie de calle’. Para ello, es imprescindible una institución permeable, en permanente escucha activa, entre nosotros mismos y especialmente con la sociedad a la que representamos. La función representativa adquiere, de esta manera, toda su dimensión.
Esta iniciativa es fruto de nuestra firme y decidida voluntad de hacer del diálogo y del entendimiento entre personas, con perspectivas diferentes de la realidad, el camino para lograr consensos en todas las cuestiones de especial relevancia social, política y económica.
Hemos abierto este espacio con los ‘Diálogos por la Igualdad’, como manera de expresar nuestro firme compromiso con la piedra angular de nuestra convivencia: la igualdad. Y lo hacemos con una clara intencionalidad de compartir inquietudes respecto a dónde estamos y hacia dónde vamos en esta materia.
Dialoguemos. Que la palabra como portadora de las ideas y de la reflexión se adueñe del espacio y del tiempo; que incluso, como escribió magistralmente Mario Benedetti, “el diálogo entre las diferencias” sea causa del encuentro y del pensamiento reflexivo. El diálogo nos humaniza y es un soporte vital de la democracia. De ustedes, de nosotros, es la palabra.