Hace unos días, la ciudad de Vigo, a través de su alcalde, se sumó a la Declaración de París. Esto significa que otra ciudad en nuestro país, junto a las ya existentes, se incorpora a la lucha contra el VIH.
Hace unos meses se cumplían los 40 años del primer diagnóstico de sida. Más de cuatro décadas después, la situación ha mejorado mucho, pero debemos hacer un último y definitivo esfuerzo. Por eso, iniciativas como la estrategia Fast-Track Cities y actos como el que celebramos en la ciudad de Vigo, siguen siendo necesarios.
Podemos encontrar muchas similitudes entre la pandemia de VIH y otras pandemias como la que estamos atravesando: el desconocimiento y el miedo iniciales, la rápida expansión de los casos o la aparición paulatina de la evidencia científica que alumbraba el camino.
Sin embargo, ninguna otra enfermedad en el mundo, a excepción quizás de la lepra, ha estado sujeta al estigma y la discriminación que se ha asociado al VIH. Durante demasiado tiempo, los pacientes de sida no solo morían sin poder hacer nada para evitarlo, sino que lo hacían bajo el juicio y la marginación de parte de la sociedad.
Afortunadamente, como ocurre en otros países desarrollados, en España el VIH se ha convertido en una enfermedad crónica. Los pacientes de VIH tienen una esperanza de vida similar a la de la población general. Como decía, hemos avanzado mucho.
Y en España lo hemos hecho a un ritmo espectacular en los últimos años:
- Hemos puesto en macha la Profilaxis Pre Exposición -la PrEP- y hemos ampliado su financiación para que cualquier persona vulnerable al VIH pueda tener acceso a ella. Porque debemos prevenir la aparición de nuevos casos.
- Hemos puesto en marcha el Pacto Social contra la discriminación asociada al VIH, porque para terminar con el virus debemos antes erradicar el estigma.
- Hemos actualizado nuestro Plan Estratégico para el periodo 2021-2030, incluyendo por primera vez el abordaje de las ITS y hepatitis virales, porque sabemos que sólo podemos avanzar a través de un abordaje integral del VIH, que tenga en consideración sus determinantes sociales.
En definitiva, estamos en el camino para cumplir con un objetivo ambicioso: acabar con el VIH como un problema de salud pública en el año 2030. Y lo haremos alcanzando los objetivos intermedios 95-95-95 marcados para el año 2025: 95% de personas con VIH diagnosticadas, 95% en tratamiento y 95% indetectables.
Si estamos en disposición de abordar este objetivo es gracias al trabajo coordinado entre todos los actores implicados: científicos, personal sanitario, responsables políticos y entidades sociales.
Estrategias como Fast-track Cities representan y potencian estos valores. Una estrategia que sella el compromiso de los municipios adheridos a la acción para acelerar el fin del VIH.
Por eso, la firma de la Declaración de París por el alcalde de Vigo es una excelente noticia, porque proporciona un marco que facilita un trabajo en que Galicia tiene una trayectoria destacada. Una trayectoria de cooperación, de solidaridad, de talento y de compromiso.
Me parece necesario reconocer la valiosa labor de AGAVIH y SOGAISIDA, lideradas por Cándida Álvarez y Antonio Ocampo, que nunca han bajado los brazos. Y, también, de la Asociación Internacional de Profesionales Sanitarios del VIH -IAPAC-, por dar una herramienta global para la acción local.
La participación del alcalde, Abel Caballero, es capital, porque con su rúbrica y su compromiso, se suma a cumplir un objetivo de país.
La acción municipal es fundamental para capilarizar y desarrollar las políticas estatales de salud pública. Las ciudades son los espacios por excelencia para la convivencia, de ahí la importancia de las ciudades es en cualquier acción que nos propongamos hacer desde el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Especialmente en la lucha contra el VIH, una epidemia prominentemente urbana. De ahí, que la colaboración con las entidades locales sea estrecha.
Colaboramos con la Red Española de Ciudades Saludables para crear entornos urbanos que generen salud. El Ministerio ha financiado con 18 millones de euros acciones en este marco de colaboración.
Y la estrategia de Fast-Track Cities nos da una nueva posibilidad de trabajo conjunto. Sin duda, la adhesión de la ciudad de Vigo a este proyecto será un estímulo para otras ciudades y municipios.
Pero debemos llegar más allá. Porque es justo compartir aquello que hace bien. Y expandir internacionalmente nuestro trabajo en respuesta al VIH es una cuestión de responsabilidad política.
Y por eso, seguiremos trabajando para erradicar el estigma asociado al VIH, y cumplir el objetivo del 0% de discriminación. Se trata de un proyecto de salud global y de derechos humanos que impulsaremos en el marco de la Unión Europea y de la mano de organismos como OMS Euro, el ECDC y con ONUSIDA.
En el último trimestre de este año, la ciudad de Sevilla acoge la celebración del Congreso Internacional de Fast-Track Cities. Se trata de un justo reconocimiento y un motivo de orgullo para la ciudad, para el país y una oportunidad para seguir mostrando al mundo nuestro compromiso en la respuesta al VIH.
Seguiremos trabajando e incorporando nuevas ciudades a este compromiso global para acabar con el VIH como problema de salud pública en 2030.
Estoy convencida que juntos podemos lograrlo.