Este año se me ha brindado la oportunidad de intervenir en el acto de apertura de una nueva edición de la Universidad de Verano de Adeje, que además de una oferta formativa y participativa consolidada es todo un ejemplo de cooperación interinstitucional.
Este encuentro anual supone un firme soporte de la proyección turística del municipio y de esta isla, de manera que igual que su nombre aparece como un escaparate pleno de atractivos y encantos naturales, lo hace también como un foro educativo e intelectual, como epicentro, durante estos días, del debate social que cualifica, sin duda, el destino en el que nos encontramos, ya situado en la vanguardia de los mercados turísticos nacionales y extranjeros.
Hay que congratularse de que la Universidad de Verano de Adeje, la popular UVA, se haya fortalecido. En ello han tenido mucho que ver el gobierno municipal y los rectores de la Universidad de La Laguna que han entendido, de forma clara, que la institución se abre a otros escenarios con los que es perfectamente compatible y aprovechable.
De la Universidad de Verano de Adeje se habla por mérito propio. Sus promotores y responsables han sabido crear el ambiente adecuado. Y lo que es más importante: han sabido dinamizar y enriquecer su oferta cada año, de manera que acudir a esta cita se convierte en un ejercicio atractivo para docentes, conferenciantes, alumnos y participantes que alternan, transfieren y multiplican aprendizaje, experiencias con ampliación de conocimientos, lo lúdico con el aprovechamiento del intelecto.
[blockquote size=»third» align=»left»]Han sabido dinamizar y enriquecer su oferta cada año, de manera que acudir a esta cita se convierte en un ejercicio atractivo para docentes, conferenciantes, alumnos y participantes.[/blockquote]
Lo describió admirablemente la combativa catedrática de Filosofía Moral y Política, Amelia Valcárcel. «El pensamiento es la energía más sutil y necesaria de cuantas existen. Es una energía cara. Para producir personas capaces de generarla necesitamos todo el completo sistema educativo, que cuesta mucho, y una sociedad que, con confianza, lo pague».
Durante unos días, esta universidad veraniega acreditará que sus aulas están abiertas para convivir y para crear. Servirán para demostrar que los avances del saber se producen en cualquier época del año y en marcos convenientemente adecuados.
Todos estos factores determinan unas palabras de reconocimiento a los impulsores y gestores de la Universidad de Verano de Adeje. La localidad es, a su modo, y por unas fechas, villa universitaria.
Esta iniciativa pone de relieve el quehacer de la ciudadanía canaria cuya capacidad de emprendimiento debemos ponderar. Tenemos ganas e ideas. Y nuestro talento, el de los canarios en general, debe ser aprovechado como timbre de distinción y plataforma de valores que, con frecuencia, no estimamos como se debiera.
Reitero mi agradecimiento y animo a docentes, conferenciantes y alumnos a que desarrollen programas, cursos y paneles de la forma más provechosa posible. De la aportación de cada uno, depende el éxito de esta nueva edición de la UVA que ahora comienza.