Este último año en el Cabildo de Gran Canaria ha estado marcado por la crisis interna, por la confrontación institucional continua y por la pérdida de calidad democrática. Hemos visto a un Presidente que ha estado más preocupado en intentar conseguir que no hubiera fisuras en su gobierno, y en conseguir los apoyos que con su propia formación política no tenía para gobernar en Gran Canaria, y un gobierno que saltó por los aires a escasos meses de su constitución con la salida de CC del gobierno. Parece que aquellos aires de desconfianza y recelos vuelven a revolotear en la Casa Palacio. Hay una crisis interna permanente que no sabemos si volverá a aparecer.
Hemos visto cómo a Bravo de Laguna no le ha temblado la mano en recortar derechos políticos a los miembros de la oposición en un intento fallido de silenciar nuestra labor. Y, en este sentido, la reducción del personal de otros grupos políticos, y la reducción en el número de miembros de las Comisiones y en distintos organismos del Cabildo como consecuencia de la constitución de un grupo mixto no previsto al inicio del mandato.
Durante este primer año hemos visto a un Presidente que en los Plenos ha devuelto los tics autoritarios propios de otro tiempo en la Casa Palacio.
Ha sido también un año marcado por la confrontación institucional, especialmente con el Gobierno de Canarias, resucitando un insularismo trasnochado, del que Gran Canaria nunca ha sido partícipe. Con los PP Recortes que ha sufrido Canarias y Gran Canaria, especialmente, hemos visto a un Presidente que se ha plegado antes a los intereses de Rajoy, y ha optado por ser la voz del PP en Gran Canaria, y no, como hubiésemos querido todos los grancanarios, la voz en Gran Canaria ante el PP.
Este último año ha sido el año de la pérdida de la puesta en marcha de los grandes ejes estratégicos de desarrollo de Gran Canaria. El problema más importante de Gran Canaria es el desempleo. Este gobierno ni está ni se le espera. No ha presentado ninguna iniciativa de cosecha propia. Tiene un presupuesto sin ejecutar, pero además, cero propuestas y tres titulares al frente de la Consejería en un año de mandato.
Un año escaso en el desarrollo energético de Gran Canaria. Temas tan vitales para esta isla como el Salto de Chira-Soria no sabemos cómo está, ni si se ha fijado o no la tasa de retribución, o el agua desalada y las graves repercusiones que va a tener para los consumidores, o el parón de las renovables.
También ha sido un año perdido en innovación tecnológica. Recordemos el debate que hubo en el Cabildo en el que el empeño del PP era quitar de en medio a la ULPGC, aún están discutiendo dónde va a ir un proyecto tan importante como los parques tecnológicos.
Estamos en un año de escasas iniciativas propias, de continuidad de los grandes proyectos diseñados y puestos en marcha en el mandato anterior. En definitiva, de un año de puesta en marcha de la fantástica herencia recibida del anterior grupo de gobierno.