Este viernes pediremos al grupo de gobierno de la Corporación Insular, a través de una moción, que estudie la posibilidad de instalar una cámara hiperbárica en Gran Canaria, para garantizar la atención más inmediata y eficaz ante un posible accidentado en nuestra isla.
Asimismo, a través de esta moción pedimos que se inste a la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias a la implantación de un protocolo de actuación en caso de accidente hiperbárico, para garantizar una atención rápida y correcta del accidentado.
Es una necesidad para los que practican el buceo, tanto de manera profesional como amateur, que exista esta cámara en la Isla para que dé respuesta en caso de accidente. Además, solicitamos que se implante un protocolo de actuación que coordine y dé una respuesta eficaz y rápida de tal forma que el buceador/a no tenga que estar esperando por un hospital para ser trasladado a Tenerife o a Lanzarote, donde sí hay una cámara hiperbárica. Estas dos islas han buscado una solución. Pero Gran Canaria aún no dispone de una cámara hiperbárica.
Este año practicantes del buceo de Gran Canaria han tenido que recurrir dos veces a la cámara hiperbárica de Lanzarote, y otras dos a la de Tenerife, por haber sufrido un accidente durante el ejercicio de la actividad deportiva.
Recordemos que en Canarias existen dos cámaras hiperbáricas en instalaciones públicas, ubicadas en el Hospital Universitario de La Laguna y en Lanzarote; y una cámara hiperbárica en instalaciones privadas, como la de la Basa Naval.
Esta moción pretende que la actividad del buceo sea atractiva y segura. Desde el PSC-PSOE, ya hemos planteado numerosas iniciativas, como el sello ‘Cultural Experiencie’, para vincular el turismo con otros aspectos de nuestras Islas que no sean sol y playa. Queremos contribuir a que la actividad turística siga siendo enriquecedora por otros atractivos, como nuestros fondos marinos. Incluso en invierno y a 30 metros de profundidad tenemos unas temperaturas idóneas para la práctica del buceo. Incrementemos nuestro potencial turístico a través de nuestros fondos marinos, pero con más seguridad.
En la actualidad, los centros de buceo de Gran Canaria sólo pueden contratar la cámara hiperbárica del Hospital General de Arrecife, en Lanzarote – gestionada por Medicina Hiperbárica de Lanzarote S.L., -, y la del Hospital Universitario de Canarias, en Tenerife, por ser las únicas existentes de carácter público, que se ubican en centros hospitalarios porque la utilidad de una cámara hiperbárica no se agota en la atención de accidentes subacuáticos, sino que se extiende a tratamientos oncológicos, diabetes, oxigenoterapia y a evitar una sustancial pérdida de sangre en operaciones de alto riesgo.
Por otro lado, los buceadores profesionales y las escuelas de buceo técnico no están obligadas a abonar un canon, pero también se encuentran con la imposibilidad de recurrir a una cámara hiperbárica en Gran Canaria y reclaman de la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias la aprobación de un protocolo de actuación en caso de accidente hiperbárico, ya que es fundamental la máxima brevedad en el tiempo de reacción y esto sólo se puede garantizar con una actuación rápida y coordinada de todos los servicios públicos, no existiendo en la actualidad, directrices de ningún tipo.
Las islas Canarias cuentan con una superficie marina 60 veces superior a la terrestre: 7.500 km2 terrestres y alrededor de 500.000 Km2 marinos; ocupando la parte emergida del Archipiélago el 1,6% y estando, por tanto, el 98,4% del territorio canario sumergido, con una profundidad media entre 3.500 y 5.000 metros.
El atractivo y la diversidad de los fondos marinos del Archipiélago atraen a miles de aficionados y profesionales de la fotografía submarina que cada año acuden a Canarias para participar en prestigiosos certámenes de esta apasionante disciplina, como el Campeonato de Foto Submarina de Mogán, en Gran Canaria, que hacen de la actividad subacuática uno de los máximos atractivos turísticos de nuestra Isla y fomenta la apertura de numerosos centros de buceo.
Para que un centro de buceo pueda obtener autorización de instalación en Canarias el decreto 35/2006, de 25 de abril, exige la presentación de un plan de emergencias y evacuación que, en todo caso, garantizará la disponibilidad de una cámara de descompresión (cámara hiperbárica), ubicada a una distancia que permita el traslado en un tiempo máximo de dos horas desde el lugar de la inmersión, debiendo adjuntarse copia autenticada del título que habilite para su utilización. Para ello los centros de buceo deben abonar un canon anual de unos 1.500 € y suscribir un seguro obligatorio que cubra casos de accidentes.