Hoy no ha sido un día cualquiera en el Parlamento de Canarias.
Los niños y niñas saharauis, así como sus familias de acogida, nos han visitado y con ellos un vendaval de alegría, de esperanza y de ilusión.
Sus miradas curiosas y sus sonrisas amplias han llenado todo el hemiciclo y nos han hecho entender, sin palabras, qué poco cuesta encontrar la esperanza, pero qué difícil es, en algunas ocasiones, alcanzarla.
Gracias por compartir con el personal de la Cámara, con los y las portavoces de los grupos políticos y con los miembros de la Mesa este día.
Espero que lo hayan pasado bien y que disfruten de su estancia en Canarias.
¡Nos vemos el verano que viene!