La remodelación anunciada en el día de hoy del grupo de gobierno en el Cabildo de Gran Canaria es una crónica de una nueva crisis anunciada en el PP.
En poco más de un año ha quedado suficientemente demostrado que Bravo de Laguna no confía en su grupo de gobierno. Éste es un cambio más que introduce el Presidente en la Corporación insular, evidenciando, una vez más, la falta de confianza dentro del propio equipo de gobierno.
Gran Canaria necesita un gobierno estable que no esté sometido a los continuos vaivenes políticos. El Presidente es el causante de la inestabilidad permanente del gobierno de la Corporación Insular y de esta crisis del Partido Popular, causada por el enfrentamiento entre diferentes facciones del mismo.
Además, los cambios que el Presidente de la Corporación Insular ha realizado durante este mandato han afectado de manera negativa a dos áreas de especial relevancia en los tiempos que corren: Empleo y Asuntos Sociales. Estas áreas se han visto sometidas a las sacudidas políticas, sin precedentes en la historia de este Cabildo, y que se han quedado estancadas. Dos consejerías carentes de proyectos claros para este mandato, como es el caso de Empleo, que ya ha pasado por tres manos diferentes. Por tanto, y a pesar de que la crisis económica está azotando a Gran Canaria, el gobierno de Bravo se enfrasca en sus crisis internas y fracasa en Empleo y Asuntos Sociales, que siguen sin un rumbo claro.
El gobierno del PP es un gobierno a la deriva. Las crisis de Bravo propician, en definitiva, el desgobierno de la Isla.