Cumplir años siempre es un motivo de satisfacción. Si, además, se trata de un cumpleaños colectivo, de la familia porteñista, significa “seguir ganando esloras a la vida”. Mi felicitación a todas las personas que han hecho posible, a lo largo de tantos años, que el bote verde y blanco, el número 1, siga cumpliendo años.
Hablar de la Vela Latina en Las Palmas de Gran Canaria, es hablar de deporte, de familias, de generosidad y compromiso, pero, especialmente, es hablar de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Este deporte vernáculo, tan nuestro, que dibuja una imagen única de nuestra bahía, empezó su andadura al abrigo de nuestro puerto ligado al cambulloneo y a la rivalidad en el transporte de los barcos que fondeaban en él.
El Porteño, desde El Refugio y de la mano de Antonio Curbelo, comenzó su andadura, luchando siempre contra viento y mar y sin miedo a trabucar. Porque, cuando han trabucado, han vuelto otra vez a recoger amarras, a hacer la tumbada, a hacer la ceñida y a hacer el mejor largo hecho cuando existía el bollón de la campana, con 59’51”.
El Porteño tiene pasado, mucho, tiene presente y, sobre todo, tiene un gran futuro, como lo tiene nuestro deporte vernáculo de la Vela Latina que, con el apoyo de las instituciones, está volviendo a sus mejores tiempos.
Gracias a la familia porteña por invitarme a este cumpleaños, especialmente, a su presidente Roque Díaz, por el compromiso desde siempre.
Mis mejores deseos para toda la familia de la Vela Latina Canaria.