Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente 2012, hemos asistido hoy al primer Consejo Rector de la historia de la Reserva Mundial de la Biosfera de Gran Canaria, en Artenara, del que formo parte junto a nuestro consejero Augusto Hidalgo.
Una importante parte del territorio de la isla de Gran Canaria ha sido declarado Reserva Mundial de la Biosfera. Casi el 50 por ciento de la isla está incluido en la denominación, abarcando seis núcleos de población rurales con más de 18.000 habitantes. La denominación supone mayor protección para los magníficos espacios y la diversidad natural de la isla, la mayor en todas las islas Canarias.
Según datos de ayer, en el ranking de 20minutos.es, Gran Canaria aparece como la octava isla –de las 5.000 existentes en el Planeta- recomendada de todo el mundo. (http://listas.20minutos.es/lista/cual-es-la-mejor-isla-del-mundo-332927/)
Gran Canaria aspira a ampliar a todo el territorio de la Reserva Mundial de la Biosfera la certificación FSC, que acredita el cumplimiento de los estándares sociales y medioambientales de gestión del bosque más elevados del mercado.De esa forma se duplicaría la superficie que cuenta con sello FSC en Gran Canaria y quedaría, por tanto, certificado todo el bosque insular. El sello SCF acredita que se cumplen criterios de gestión responsable tanto sociales como económicos y medioambientales. Actualmente ya se han certificado 6.700 hectáreas en la isla, algunas dentro de la Reserva de la Biosfera y otras no, y la intención es certificar otras 13.600 hectáreas en los próximos años.
El sello FSC es muy conocido en los países emisores de turistas hacia Gran Canaria, como Alemania, Gran Bretaña o los estados escandinavos, por lo que la certificación de los bosques contribuye a diferenciar la isla, ya que asegura que se cumplen criterios de gestión responsable tanto sociales como económicos y medioambientales.
Tenemos que seguir cuidando y apostando por nuestra isla. Les dejo una imagen de uno de sus paisajes más limpios y cuidados: Artenara. Paisajes que supo apreciar bien, y trasladarlo a la escritura, el Gran Miguel de Unamuno, quien estuvo desterrado aquí una temporada.
Les dejo uno de sus poemas incluido en “De Fuerteventura a París”, en el que pone de relieve su admiración por nuestro paisaje:
LX
Es una antorcha de aire esta palmera,
verde llama que busca al sol desnudo
para beberle sangre; en cada nudo
de su tronco cuajó una primavera.
Sin brotes ni eslabones, altanera
y erguida, pisa el yermo seco y rudo,
para la miel del cielo es un embudo
la copa de sus venas, sin madera.
No se retuerce ni se quiebra al suelo;
no hay sombra en su follaje, es luz cuajada
que en ofrenda de amor se alarga al cielo,
la sangre de un volcán que enamorada
del padre Sol se revistió de anhelo
y se ofrece, columna, a tu morada.