Llega el verano y con él, el merecido descanso para muchas personas, tanto en nuestro país, como en otras latitudes. De ahí la importancia de la colaboración internacional, ante las amenazas globales en materia sanitaria, para seguir garantizando una movilidad segura entre los distintos países, siempre desde la evaluación basada en el riesgo y el apoyo de la ciencia como vectores esenciales para luchar contra desafíos globales, como la pandemia de COVID-19.
Para abordar esos desafíos, he participado, invitada por la ministra de Industria, Comercio y Turismo, en la Cumbre sobre Movilidad Internacional Segura, organizada por el Gobierno de España en colaboración de la OCDE.
Ha sido un encuentro muy relevante entre representantes de los países pertenecientes al G20 que nos ha permitido ahondar en los mecanismos de coordinación internacional, para recuperar los niveles de movilidad y garantizar la salud global. Y ello, partiendo de los principios y procedimientos comunes que permitan avanzar en la recuperación de la movilidad internacional, poniendo el foco en la necesidad de proteger la salud pública al tiempo que se garantiza la movilidad.
Es cierto que la pandemia provocada por la COVID-19 nos ha planteado grandes retos, especialmente en los referidos a la movilidad, pero también nos ha permitido desarrollar ejemplos de colaboración internacional en esta materia como el Certificado Digital COVID de la UE, al que ya se han adherido más de 70 estados.
Pero, si hoy disfrutamos de una movilidad segura y de una normalidad casi plena es por el éxito que han supuesto las vacunas en la lucha contra la COVID-19. España es un referente internacional en la inoculación de vacunas. Y lo es por varios factores: la estrategia de compra centralizada de vacuna de la Unión Europea, el liderazgo del Gobierno de España, el trabajo ímprobo de las comunidades y ciudades autónomas, el compromiso de los profesionales sanitarios y el comportamiento ejemplar de la ciudadanía española.
Nuestras cifras de vacunación así lo corroboran: más de 95 millones de dosis inoculadas, el 92,8% de la población de este país, mayor de 12 años, con pauta completa y el 81,4% de las personas mayores de 40 años, con dosis de refuerzo. Son datos impresionantes, que contribuyen junto con nuestras capacidades y excelencias en distintos ámbitos, a que seamos un país que ofrece seguridad y atractivo como destino.