Superposición del sitio

Proteger nuestra palmera canaria.

Las palmeras de la izquierda de la imagen -tomada en el Parque de San Telmo- están infectadas por la diocalandra.

Al menos 12 palmeras del Parque de San Telmo de la capital grancanaria han desaparecido por estar afectadas por la diocalandra, conocida vulgarmente como el Picudín. Palmeras que ya no forman parte de nuestro paisaje y de nuestra identidad, caracterizados por su presencia.

Esta situación nos preocupa. El Gobierno Insular debe proteger el palmeral de Gran Canaria. Por eso, hemos presentado una moción, que registramos el pasado viernes, 10 de mayo, que defenderemos el próximo martes, 21 de mayo, en la Comisión del Pleno de Infraestructuras, Territorio, Medio Natural, Patrimonio y Aguas, para exigir al Gobierno Insular la protección de la palmera canaria.

La diocalandra es un bicho que se posa en la palmera y la va matando poco a poco. Primero se seca y luego se van deshojando, como vemos que está sucediendo a algunas palmeras de las que quedan todavía en San Telmo. Según datos del Plan Insular para la Conservación y Gestión  de las Palmeras de Gran Canaria, el 20% del suelo de la Isla está dotado de palmeras canarias. Nos preocupa que sólo en Las Palmas de Gran Canaria este virus pueda afectar a las 40.000 palmeras canarias que existen en la capital.

Nuestra compañera, la socialista Isabel Guerra, ha mantenido varias reuniones con expertos de diferentes organismos para tratar este asunto, y todos afirman que hay que hacer un estudio de la afección de la diocalandra en las palmeras de la Isla, vigilarlas y tenerlas controladas. Nos preocupa la supervivencia y buen estado de nuestras palmeras y por eso exigimos al Gobierno de la Isla que asuma su responsabilidad y estudie el estado de las palmeras de Gran Canaria y luche contra las plagas existentes.

Mediante esta iniciativa, pedimos al Gobierno Insular, en primer lugar, que, en colaboración con el departamento fitopatológico de la Granja Agrícola del Cabildo y en coordinación con los ayuntamientos, se estudie el estado actual de los palmerales silvestres de Gran Canaria, de alto valor paisajístico y natural, dando parte a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, en caso de comprobar la existencia de focos, para que ponga en ejecución inmediata las medidas que le corresponden.

En segundo lugar, solicitamos que se impulse con más determinación la ejecución de las propuestas contenidas en el Plan Insular para la Conservación y Gestión  de las Palmeras de Gran Canaria, estableciéndose áreas de seguridad, protección y control de plagas y enfermedades e informando a los ayuntamientos y particulares de los tratamientos de saneamiento y poda para evitar su propagación de las plagas y enfermedades.

Por último, sugerimos que se estudie la posibilidad de convocar unas jornadas técnicas sobre la  Phoenix Canariensis, en la que participen personal especializado, agentes forestales y civiles e instituciones nacionales, autonómicas y locales.

El Parque Tony Gallardo y otros enclaves.

En los últimos años, en Gran Canaria, la palmera ha sido amenazada por plagas como las del picudo rojo y la diocalandra; ésta última ha afectado a palmerales protegidos como el del Parque Tony Gallardo, en Maspalomas, causando un deterioro importante en ejemplares de palmera cuya longevidad pudiera estar por encima del centenario y constituyen, junto con el Monumento Natural del Roque Nublo, el icono más representativo del paisaje y la imagen insular.

Muchos ejemplares de palmera canaria ornamental están sufriendo deterioro importante en municipios como Telde, Ingenio, Agüimes, Santa Lucia, San Bartolomé de Tirajana, y Mogán… El corredor sur y sureste presenta una preocupante y alarmante situación, que pudiera estar extendiéndose a reservas paisajísticas de esta importante especie autóctona, como Arteara o Fataga, en San Bartolomé de Tirajana, o el palmeral de Santa Lucía de Tirajana, hasta llegar a zonas más profundas de esos lugares, desde el  risco de San Andrés al barranquillo de Soria.

También está gravemente afectada la zona norte de la Isla, destacando Las Palmas de Gran Canaria, con más de 40.000 ejemplares con afectación manifiesta, siendo quizá lo más llamativo la  muerte masiva de los ejemplares de El Lasso, que han levantado la voz de alarma de diferentes colectivos de nuestra capital, que achacan estas muertes a la falta de riego y al abandono del palmeral por parte del ayuntamiento.

Saliendo de Las Palmas de Gran Canaria por la GC-2, a la altura de Tinoca y Costa Ayala, el panorama es desolador; alarma visualizar la tala masiva de ejemplares de Phoenix Canariensis, reduciendo a cero las más de treinta palmeras que allí se encontraban. También por la carretera del Centro, desde el Pambaso hasta Sataute, podemos apreciar ejemplares afectados o muertos.

Cuatro iniciativas socialistas en defensa de la palmera canaria

Esta moción supone la cuarta iniciativa que los socialistas en el Cabildo trasladamos al Gobierno de la Isla para que estudie y mantenga el palmeral de Gran Canaria.

En septiembre del año pasado, los socialistas en el Cabildo pedimos al grupo de gobierno en la Comisión de Infraestructuras, Territorio y Medio Natural que adecentara los márgenes de la autopista, ya que el pasado verano se pudo contemplar una imagen de la GC-1 muy negativa para nuestros intereses turísticos, por el lamentable estado de conservación de las palmeras que protegen, adornan y embellecen con nuestra flora autóctona los márgenes de esta vía ofrece una imagen deplorable que no podemos permitirnos. Asimismo, la caída de hojas secas en la autovía resulta especialmente peligrosa para los conductores.

En la Comisión del Pleno de enero, volvimos a reiterar  mediante pregunta qué había hecho el Cabildo por las palmeras de la GC-1, sobre todo la parte que da a San Bartolomé de Tirajana. Nos remitieron al ayuntamiento, que lo cierto es que no ha hecho nada, y por eso pedimos al Gobierno de la Isla que asumiera él el control de las palmeras de la zona, porque incluso estaba siendo peligrosa para los conductores de la autovía.

Y, finalmente, en la Comisión del Pleno del pasado mes, pedimos al Gobierno Insular que estudiara y conservara el palmeral silvestre de Gran Canaria, que podría estar enfermo y deteriorado por la plaga de la diocalandra.

 

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