Hoy he vuelto visitar a la Fundación Canaria Yrichen. Son muchas las ocasiones que lo he hecho y como siempre la acogida cariñosa de Jorge Hernández Duarte y su gente, nos ha dado la bienvenida a esa gran casa donde la vida siempre es posible, por muchas que sean las dificultades.
Son más de 20 años luchando por devolver la vida a las personas con problemas con las drogas y a las que los rodean, como dicen ellos. Su trabajo es inmenso y no tiene precio.
¡Gracias por tanta entrega y tanto compromiso!