Día Internacional contra la Corrupción

La Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró la fecha 9 de diciembre como el Día internacional contra la corrupción, poco más de un mes después de aprobarse, el 31 de octubre de 2003, la Convención de las Naciones Unidas contra lo que considera una “plaga insidiosa que tiene un amplio espectro de consecuencias corrosivas para la sociedad”. Los preceptos incluidos en este documento entraron en vigor en diciembre de 2005 y son vinculantes para los 168 países que se han adherido a ella, incluída la Unión Europea.

Este año, la ONU exhorta nuevamente a todos los habitantes del mundo a que contribuyan a “Romper la cadena de la corrupción” -lema de esta edición-, involucrando a los poderes públicos, agentes sociales, medios de comunicación y ciudadanía en general, en la destrucción de esta nefasta tela de araña que nos va envolviendo, que se internacionaliza y que, tal y como se puede leer en el preámbulo de la Convención, “socava la democracia y el estado de derecho, da pie a violaciones de los derechos humanos, distorsiona los mercados, menoscaba la calidad de vida y permite el florecimiento de la delincuencia organizada, el terrorismo y otras amenazas a la seguridad humana”.

Hice público mi compromiso con la transparencia y el buen gobierno en mi discurso de investidura como presidenta del Parlamento de Canarias. Día a día trabajamos guiados por estos principios para poder dotar a la sociedad civil de las herramientas necesarias para convertirse en la verdadera protagonista del control de los poderes públicos; es decir, la información.

[blockquote size=»half» align=»left»]El Parlamento de Canarias, así como todas las instituciones que gobiernan o legislan en nombre de la ciudadanía, debemos ser proactivas y colocar a su disposición las informaciones que generemos[/blockquote]

En esa misma línea, tengo claro que el Parlamento de Canarias, así como todas las instituciones que gobiernan o legislan en nombre de la ciudadanía, debemos ser proactivas y colocar a su disposición las informaciones que generemos, sin discriminar a los solicitantes por ninguna causa. Para ello, este servicio debe ser gratuito y ha de estar garantizado por un sistema sancionador para quienes intenten obstaculizar el ejercicio de este derecho.

En Canarias contamos con la Ley Canaria de transparencia y de acceso a la información pública, así como con la figura del Comisionado de la Transparencia, introducida esta legislatura, que es quien vela por que se cumpla su contenido. No debemos olvidar que para que no crezca la corrupción tenemos que luchar contra el secretismo y la falta de información.

Sin embargo, para que esta herramienta sea eficaz, son imprescindibles la concienciación social y la formación de ciudadanas y ciudadanos responsables y participativos, ya desde los centros educativos. Creo que es nuestra obligación crear las condiciones y los espacios adecuados para que las personas se sientan libres y seguras a la hora de ejercer su derecho a controlar qué es lo que se está haciendo en su nombre y cómo se están utilizando sus recursos. Así construiremos una sociedad cada vez menos tolerante con la corrupción.

[blockquote size=»half» align=»right»]Desde el minuto cero de esta legislatura me he marcado como prioridad involucrar a la ciudadanía en el quehacer político, pues siempre cuidamos más aquello que realmente sentimos como nuestro[/blockquote]

Desde el minuto cero de esta legislatura me he marcado como prioridad involucrar a la ciudadanía en el quehacer político, pues siempre cuidamos más aquello que realmente sentimos como nuestro. Las canarias y los canarios reclamamos nuestro derecho a opinar directa y diariamente sobre el trabajo que realizan nuestros representantes, máxime en estos tiempos en que las tecnologías de la información y la comunicación nos traen a casa las puertas, ventanas y ventanillas de las instituciones.

Por eso, además de reforzar los instrumentos de participación ya existentes, como las leyes y preguntas de iniciativa ciudadana, veo fundamental la definición de otros nuevos para acercar aún más la administración pública a la ciudadanía, y viceversa. De esa manera podremos construir juntos una sociedad limpia y próspera que legar a nuestras hijas y a nuestros hijos.

Mi objetivo es la unidad de acción, la toma de conciencia de que tenemos ante nosotros una finalidad común en la que la sociedad civil es la verdadera protagonista. Hemos avanzado, pero aún queda mucho más por hacer. Estoy convencida de que podremos conseguirlo.

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